Jesús nos ha prometido su presencia en medio del sufrimiento y la persecución, y debemos tener Convicción en Él y echarse en brazos en su bienquerencia inmortal por nosotros. Con su ayuda, podemos ser testigos valientes ante el mundo y llevar su mensaje de apego y salvación a todos los rincones del planeta.

Su sufrimiento nos muestra que el inclinación serio no se basamento en las circunstancias externas, sino en la opción consciente de requerir a pesar del sufrimiento.

En conclusión, los textos bíblicos revelan claramente el sufrimiento profundo y significativo que Jesús experimentó por apego a la humanidad. Su sacrificio en la cruz nos muestra el apego incondicional de Dios y nos desafía a seguir su ejemplo incluso en medio del sufrimiento.

Jesús advierte a sus discípulos sobre el peligro de contraponer la hostilidad y la oposición al predicar el evangelio, pero asimismo les recuerda que es más valioso ser leal a Dios que tener miedo a los hombres.

Quiere el Señor dejar muy claro una vez más, que su comisión no es terrena sino espiritual y que por eso no puede ser entendida con medios, criterios humanos sino según los designios de la voluntad de Dios. 

por medio de quien incluso hemos obtenido ataque por la fe a esta Chispa en la cual estamos firmes y nos gloriamos en la esperanza de la salvación de Dios (Ro 5:2).

La historia de Jesús y su sufrimiento es una de las narrativas más impactantes y conmovedoras en el cristianismo. Pero, ¿alguna tiempo te has preguntado por qué tuvo que sobrevenir por tantas pruebas y tribulaciones?

Esto significa que debemos ser testigos valientes frente a el rechazo de las personas, confiando en Dios para darnos el valencia necesario para contraponer cualquier situación. Jesús nos da un ejemplo valentísimo al fallecer en la cruz por nuestros pecados, mostrando que Él tenía confianza en su Padre celestial y estaba seguro de su valía como Hijo de Dios.

Una pequeña website capilla construida y decorada alrededor del año 1300 d.C. en Italia se conoce como la Capilla de la Arena en virtud de su similitud a un antiguo anfiteatro de Roma. El comediante llamado Giotto decoró fielmente cada centímetropolitano del interior de la capilla.

No es que a la pasión de Jesús le falte algo, pero ha dejado un punto para que incorporemos a ella nuestros propios sufrimientos, haciéndolos valiosos y con sentido.

Mis huesos se quebrantan por la desaire de mis adversarios; mientras me preguntan sin cesar: «¿Dónde está tu Dios?»

Nosotros nos fatigamos y luchamos porque hemos puesto nuestra esperanza en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, especialmente de los que creen.

Jesús nos da un ejemplo consumado al caducar en la cruz por nuestros pecados, mostrando que Él tenía confianza en su Padre celestial y estaba seguro de su valía como Hijo de Dios.

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesús, quien según su conspicuo misericordia nos ha hecho manar de nuevo para una esperanza viva por medio de la resurrección de Cristo de entre los muertos (1 Pe 1:3).